miércoles, 12 de diciembre de 2012

El zorro y el cuervo

Cuando éramos pequeñas, nuestro padre, gran maestro, nos enseñaba a base de fábulas, esta era una de mis preferidas.











EL CUERVO Y EL ZORRO
En la rama de un árbol,
bien ufano y contento,
con un queso en el pico
estaba el señor Cuervo. 
Del olor atraído
un Zorro muy maestro,
le dijo estas palabras,
o poco más o menos:

“Tenga usted buenos días,
señor Cuervo, mi dueño;
vaya que estáis donoso,
mono, lindo en extremo;
yo no gasto lisonjas,
y digo lo que siento;
que si a tu bella traza
corresponde el gorjeo,
junto a la diosa Ceres,
siendo testigo el cielo,
que tú serás el Fénix
de sus vastos imperios.”
Al oír un discurso
tan dulce y halagüeño,
de vanidad llevado,
quiso cantar el Cuervo. 
Abrió su negro pico,
dejó caer el queso;
el muy astuto zorro,
después de haberlo preso,
le dijo : “Señor bobo,
pues sin otro alimento,
quedáis con alabanzas
tan hinchado y repleto,
digerid las lisonjas
mientras yo como el queso".
Quien oye aduladores,
nunca espere otro premio.
                     Félix María Samaniego

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Yo también aprendí con las fábulas! Gracias por recordarmela. Un abrazo Pitu. Ángeles.

María Teresa Cobos Urbano dijo...

¡Quizás por eso somos tan fabulosas!
La estudiamos en 3º de Primaria y me la encontré de pasada, a ellos les encanta y a mi es un género que me hace sentir como en casa.Un placer encontrarte por aquí. Un abrazo.