domingo, 23 de junio de 2013

Isaac, compañero.

No hace mucho tiempo y lo recordaré como si fuese hoy mismo, llegué a un colegio de Málaga casi perdido en medio de la sierra. Mi expectación era máxima, puesto que desde el exterior no se podía vislumbrar que aquel edificio rodeado de árboles era un colegio. No se escuchaba a ningún niño. Tenía curiosidad por saber quién sería la primera persona que viera del centro. Tras varias llamadas en el timbre, la puerta se abrió sola… la empujé, y entré, un poco nervioso, pero muy ilusionado por ver qué me encontraría. Al llegar a la puerta de arriba, y atravesar el jardín y el huerto del colegio, me abrió la puerta mi compañera María Teresa. En cada mano tenía un niño de infantil cogido, me presenté, me sonrió dulcemente y me dijo: “Bienvenido al colegio Las Mellizas, estamos hasta arriba de trabajo porque nos falta personal, aquí vas a estar muy muy bien. Entra.” Nunca lo olvidaré… Tere.
Hoy he dejado el piso malagueño medio vacío, porque sólo me queda una semanita de cole, pero vengo cargado de momentos inolvidables con alumnos, padres y maestros que me han transmitido todo el amor del mundo. Traigo la mochila llena de cartas, prometo abrir una cada vez que sienta que todo esto no tiene sentido, aunque la mayor muestra de cariño me la ofrecen los alumnos que me piden por favor que vuelva en septiembre...
Gracias a alumnos, padres y compañeros de trabajo que han hecho que mi estancia en ese maravilloso lugar sea una de las mejores experiencias que haya tenido.
Por los largos paseos por la Sierra malagueña que invitan a la reflexión y por ese momento en el que me refrescaba en la fuente de las flores, por mi vecina cotilla que me llevaba en cuenta jeje, por el gimnasio de enfrente que no me dejaba dormir la siesta durante las clases más cañeras, por la pereza para estudiar en la biblioteca del pueblo, (y en cualquier otro lugar jeje), por los almuerzos de los lunes antes de la exclusiva (sin duda lo mejor de ese día), por el apoyo a infantil, esas aulas en dónde cada día se aprendía algo nuevo y donde no dejaba de sorprenderme, por el huerto escolar y mis master class sobre la producción del tomate, por los ensayos para el día de la fiesta de fin de curso, por esa carretera sinuosa de camino al colegio en la que en más de una ocasión me he sentido piloto de fórmula uno, por los compañeros que han confiado en mi, por las facilidades que me han dado desde el principio, por la persona que me ha dado la oportunidad de conocer todo aquello, Natalia, por los ratitos para vigilar el patio en el que se aprovechaba para broncearse también, por las excursiones, actividades y viajes que han hecho sentirme un niño más… Por esto y muchos motivos más, nunca me olvidaré de estos dos meses que he vivido en ese lugar tan mágico, con esa gente tan especial y con ese clima que hace aflorar en nosotros el sentimiento de que formamos parte de una gran familia. Y… Por Charlie!
Prometo volver a visitaros, aunque hoy todos me hayan elegido como objetivo para la guerra de  globos de agua... Hasta siempre!
Isaac Mena Mengual.

3 comentarios:

Natalia dijo...

Isaac, QUÉ GRANDE ERES!!!! ♥

María Teresa Cobos Urbano dijo...

Por Charlie, Eli y los sabrosos tomates de Los Palacios que, según un médico, debían de venderlos en las joyerías.

paloma villalobos avarez dijo...

maestro isaac me a encantado eso ke sepas ke nunca te olvido y siempre yebare en mi movil esa foto tan preciosa ke nos echemos tienes ke volver de nuevo al colegioo por favor un abrazo y beso enorme