viernes, 1 de mayo de 2015

Crónicas de mi calle: La lavandera.

Queridos seguidores de este bloc, haciendo honor a su nombre: “Letras desde Álora y Nerja” mis dos pequeñas patrias, a petición de uno de mis más fieles lectores que me pregunta siempre :
¿Porqué vives en Álora? ¿Porqué te gusta tanto?
He decidido contarles pequeños trozos de la vida de este pueblo, más concretamente de mi calle, que, aunque pequeña y estrecha, reúne un vecindario peculiar y maravilloso que hacen que cada día sea único e irrepetible.



Hoy día uno de mayo hemos salido temprano en la mañana a dar un paseo, la calle animada más que nunca, por ser festivo, un tiempo primaveral, quizás el sol sea más fuerte que ayer, ya sobran las mangas largas y faltan las gorras.
Más allá de mi calle, en el callejón, me encuentro a mi vecina viniendo hacia su casa:
      -¿Vas a ir a lavar hoy?, le pregunto,
     -¡No, hoy no! Me contesta. 
     -¡Pues me avisas cuando vayas!
Quiero ir con ella un día para verlo con mis propios ojos, porque ya es la única vecina del pueblo que va a lavar la ropa al antiguo lavadero municipal. Lo aprendió de su madre, esta de sus abuelas; tiene una lavadora en casa nuevecita sin estrenar pero está convencida que la ropa queda mucho más limpia con el agua fresca que baja del monte Hacho; las tablas de piedra para frotarla bien, las cuerdas que usan para solearla, emblanquecerla; el jabón natural neutro en pastilla, fabricado con el aceite refrito y sosa... Pero, sobretodo esto, el bonito paseo que hay desde nuestra calle hasta ese lugar en las faldas del monte Hacho, en su carrito de la compra lleva su ropa sucia, mientras camina hacia allá y la lava , estoy segura que no va sola, le acompañan los recuerdos de las mujeres de su familia y las de otras amigas de esta, creo que le van contando historias de su ya olvidada infancia y le van dando un cariño con lo que ese aparato eléctrico centrifugador y eficiente que tiene en casa no puede competir.
El próximo día que vaya he quedado en acompañarla, no para lavar, pues no sé hacerlo, pero si para escuchar todas esas historias que guardan esas fuentes, ya sabemos que el agua es una charlatana, ya os contaré...
María Teresa Cobos Urbano. Derechos Resevados. 01/05/2015.

6 comentarios:

María Teresa Cobos Urbano dijo...

Diana Cobos me gust la historia. No me hubiera imaginado que hay gente todavia que lava su ropa en el lavadero publico.

María Teresa Cobos Urbano dijo...

Yo tampoco podía imaginarlo, hasta que me lo dijo, cuando vaya con ella haré fotos, creo que están muy bien conservados.

María Teresa Cobos Urbano dijo...

Cristi Alba Fernandez Qué bonito escribes!!

María Teresa Cobos Urbano dijo...

Gracias Cristi Alba Fernandez, compi, un besillo.

Laura Gutiérrez Cortés dijo...

Me alegro que haya alguien que quiera mantener sus tradiciones.
Además no gasta agua, ni luz, ahora eso sí, su fuerza.😊
Un abrazo preciosa!
Gracias por recuperar oficios perdidos y a mujeres tan fuertes y especiales.🥰

Anónimo dijo...

Amigo Tomás me gustan estas istorias de antanño en las que se cuentan las verdades como puño en las que se abla de la vida pura y dura .es verdad que están los lavaderos todavía un saludo