lunes, 23 de noviembre de 2015

D.E.P. Emilia Delgado Fernandez.

Querida Emilia:
Se me quedó mi último cuento en el ordena, sin terminar, creía que tendría tiempo, creí mal.
El 20 de noviembre del 2015 nos dejaste para reunirte con mi padre, tu gran y eterno amor, yo os sentí en mi inquieto sueño, no recuerdo el mensaje, pero sé que fue una despedida tuya y una señal de que por fin no estabas sola, él estaba contigo.
Ahora, inevitablemente echo la vista atrás e intento comprender el pasado, esa larga vida que ahora termina en tu Cáceres natal, me quedo con lo mejor, con las risas, los locos viajes sin planos ni mapas, los traslados en Málaga, cinco casas en dos años, los cuidados y mimos que prestaste a tu esposo en su larga enfermedad, los cigarrillos escondidos para casos de emergencia y las toallas en las puertas para que no saliera el humo.
Cuando padre se fue, tu vuelta a Cáceres, el árbol genealógico, aquel viaje precioso desde Nájera hasta Valladolid sin saltarnos un sólo monasterio con Don Caprichito, como tu llamabas a mi hijo, luego más adelante, mi esposo y yo pasamos una semana en tu casa, agasajados, queridos y atendidos en grado superlativo nos sentimos, la casa de los espíritus le llamábamos, porque el ánima de mi padre asomaba por todas las habitaciones, no sé cómo lo hiciste para mantenerlo allí 32 años, después de 12 años vivo. Será verdad que en el amor el tiempo no existe.
Querida Emilia:
Ya lo sabíamos, en los cuentos ninguna madrastra es buena, las hijastras todas somos víctimas de sus maldades, en cambio los amores si son eternos, como el tuyo, también los finales son felices, espero que como el tuyo, que estés en algún jardín cálido “comiendo perdices”.
Emilia Delgado Fernández, Viuda de José Cobos Ruiz, mi padre.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Un elogio muy bonito. Se nota tu sabiduría y la compasiòn adquerida con los años. Que descanse en paz Emilia. Un beso Techy. Diana

María Teresa Cobos Urbano dijo...

Gracias Diana.

spaniard55 dijo...

Emilia descansa en paz, tengo muy buenos recuerdos en muy buenos tiempos.

María Teresa Cobos Urbano dijo...

Gracias Isa. Fueron tiempos de muchas carencias, pero también muchas risas.