jueves, 29 de diciembre de 2016

Una Nochebuena diferente.

Cuando llegó por fin el 23 de diciembre salí del trabajo y aún no tenía preparado nada, comimos cualquier cosa que encontramos y dormí una siesta monumental, esta semana última de trimestre resultó agotadora.
La casa había estado abandonada de limpieza, adornos, ganas y la Navidad venía.
A la noche, intenté aligerar un poco los preparativos de la cena, pero estaba tan cansada, que me dejé llorar con las gotas de la suave ducha calentita y apenas sin cenar caí dormida. A medianoche me despertó la urgencia de un vómito y ya no paré de pasear entre la cama y el baño.
Dicen que fue un virus de 24 horas, puede que fuera el agotamiento del trabajo, puede que fuera la ausencia prevista de los que ya no están, que pesan cada navidad sobre nuestras almas.
Aún no lo sé, pero en esta casa se aplaza, mejor dicho, se desplaza hacia adelante, claro, un día la Nochebuena.
¡Feliz Navidad a todos!.

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