Hoy es domingo de
pipirigallo...
Así empezaba una canción
infantil que me viene a la cabeza hoy, domingo de mayo, nublado sin
lluvia, no hay calor, el sol está escondido entre espesas nubes,
corre una ligera brisa que invita a pasear.
Entre nuestros paseos
favoritos a pie por los alrededores de Álora está una pequeña
carretera que comienza detrás del campo de fútbol por el Hacho y
acaba poco más arriba de la fuente de la higuera.
Casi al final de esta hay
dos altas rocas que parecen guardianes de la misma, dos enormes
leones que vigilan y custodian al transeunte. Seguro que tienen una
leyenda antigua o más de una, porque por más caprichosa que puedan
parecer las formas de las rocas, detrás hay una historia que quiere
salir a la luz.
Mientras preguntamos a los
ancianos sabios del lugar, disfrutamos de este relajante paseo que
nos lleva a refrescarnos en la fuente de la higuera, que aunque dice
en un enorme cartel “No potable” todos mitigamos nuestra sed
allí, en esa fresca agua que viene debajo de esos enormes leones,
igual es ese el “secreto“que vigilan.
María Teresa Cobos Urbano