Todos sabemos que la envidia es el pecado nacional, pero hasta ahora se aplicaba solo a los humanos y a algunos tipos de animales, como las mascotas, nosotros hemos descubierto que los vegetales también pueden sentirla, al igual que la música y así estimularles a que den su fruto.
Vereis, compré 5 plantones de la huerta pequeños pero sanos, dos murieron y tres crecieron. Los pimientos estaban tristes y a punto de perderse, encontré una maceta con pimientos chiquititos, cayena, muy bonita y cargada de frutos rojos y verdes, no tuve otra ocurrencia de ponerlos al lado de la planta de pimientos y en poco tiempo esta se recupera y empieza a crecer, la berenjena al lado también se crece y nos regala su fruto buenísimo. Pero los tomates que han crecido mucho y están altísimos no daban fruto, entonces se nos ocurrió pincharle al lado un gran tomate rojo, bonito como el solo, y antes de secarse teníamos la planta llena de tomatitos.
Conclusión los vegetales sienten envidia y si no me creeis, venid por aquí y os invito a una ensalada.
Vereis, compré 5 plantones de la huerta pequeños pero sanos, dos murieron y tres crecieron. Los pimientos estaban tristes y a punto de perderse, encontré una maceta con pimientos chiquititos, cayena, muy bonita y cargada de frutos rojos y verdes, no tuve otra ocurrencia de ponerlos al lado de la planta de pimientos y en poco tiempo esta se recupera y empieza a crecer, la berenjena al lado también se crece y nos regala su fruto buenísimo. Pero los tomates que han crecido mucho y están altísimos no daban fruto, entonces se nos ocurrió pincharle al lado un gran tomate rojo, bonito como el solo, y antes de secarse teníamos la planta llena de tomatitos.
Conclusión los vegetales sienten envidia y si no me creeis, venid por aquí y os invito a una ensalada.
2 comentarios:
Gracias Paco, me puse colorada.
Y bien buenos que saben los tomates, la berengena de la foto ya nos la comimos
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