sábado, 28 de septiembre de 2013

Hoy si es Otoño

Y este árbol con nariz respingona me lo dice, aunque no se le caigan las hojas.
Me dice que ya refresca, que este agua que cae sin pasarse de lista, es buena, que ya hay que abrigarse y poco a poco, olvidar el verano, las higueras de la fuente también nos hablan, repletas de fruto, pero este árbol no es de campo, es ciudadano, su trabajo no es dar de comer a las especies animales, su tarea es limpiar los malos humos y dar albergue a los chiquitines voladores que buscan refugio. ¡Lleva tanto tiempo ahí! Sus raices nos sujetan a esta tierra.
Ahora, si. ¡Bienvenido Otoño!.

domingo, 15 de septiembre de 2013

El tren llega a Álora

El próximo lunes, 16 de septiembre, la Estación de Ferrocarril de Álora celebra sus 150 años de funcionamiento
La estación de ferrocarril fue puesta en servicio, el 16 de septiembre de 1863, con la apertura del tramo Málaga-Álora de la línea que pretendía unir Málaga con Córdoba.

Empieza la Edad Moderna.
¡Qué distinto el tren de hoy a esta máquina infernal!
Este pueblo tiene historia, el tren forma parte importante de ella.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Septiembre

En el mes de las berenjenas a la mujer se le cae la melena.... Es un dicho popular, así que las lectoras que pierdan pelo en este mes, ya tienen a quién culpar.

Septiembre es decadencia, la luz del día se acorta, gana la noche sitio paso a paso.
El tórrido verano sureño, alegre y bullicioso, se eclipsa con la primera lluvia, las hojas caducas empiezan a caer y cubrir los capós de los coches aparcados bajo esos árboles solitarios y raquíticos de los olvidados jardines del pueblo., aquellos que ya empiezan a colorear de amarillo olvido.
Las vacaciones de los niños tocaron a su fin, las calles se vacian antes, en la tarde más silencio..
Septiembre languidece antes de llegar a su fin, es silencioso, su color, el de la berenjena.


viernes, 6 de septiembre de 2013

Mis amigos

Dos amigos del alma a los que nunca estreché la mano, ellos tampoco lo hicieron entre ellos,
pero nos mandamos tantos abrazos y besos...
Dos grandes amigos en lontananza, una tras el océano, otro tras Despeñaperros y más allá de la Meseta, con los que hablaba todas las noches, leíamos juntos todas las noches y construíamos historias todas las noches, en prosa, en verso, en teatro, en ripios horrorosos como osos...
Dos grandes amigos a los que quise, quiero y querré.