Queridos seguidores de este
bloc, haciendo honor a su nombre: “Letras desde Álora y Nerja”
mis dos pequeñas patrias, a petición de uno de mis más fieles
lectores que me pregunta siempre :
¿Porqué vives en Álora?
¿Porqué te gusta tanto?
He decidido contarles
pequeños trozos de la vida de este pueblo, más concretamente de mi
calle, que, aunque pequeña y estrecha, reúne un vecindario
peculiar y maravilloso que hacen que cada día sea único e
irrepetible.
Hoy día uno de mayo hemos
salido temprano en la mañana a dar un paseo, la calle animada más
que nunca, por ser festivo, un tiempo primaveral, quizás el sol sea
más fuerte que ayer, ya sobran las mangas largas y faltan las
gorras.
Más allá de mi calle, en el
callejón, me encuentro a mi vecina viniendo hacia su casa:
-¿Vas a ir a lavar
hoy?, le pregunto,
-¡No, hoy no! Me contesta. -¡Pues me avisas cuando vayas!
Quiero ir con ella un día
para verlo con mis propios ojos, porque ya es la única vecina del
pueblo que va a lavar la ropa al antiguo lavadero municipal. Lo
aprendió de su madre, esta de sus abuelas; tiene una lavadora en
casa nuevecita sin estrenar pero está convencida que la
ropa queda mucho más limpia con el agua fresca que baja del monte
Hacho; las tablas de piedra para frotarla bien, las cuerdas que usan
para solearla, emblanquecerla; el jabón natural neutro en pastilla,
fabricado con el aceite refrito y sosa... Pero, sobretodo esto, el
bonito paseo que hay desde nuestra calle hasta ese lugar en las
faldas del monte Hacho, en su carrito de la compra lleva su ropa
sucia, mientras camina hacia allá y la lava , estoy segura que no va
sola, le acompañan los recuerdos de las mujeres de su familia y las
de otras amigas de esta, creo que le van contando historias de su ya
olvidada infancia y le van dando un cariño con lo que ese aparato
eléctrico centrifugador y eficiente que tiene en casa no puede
competir.
El próximo día que vaya he
quedado en acompañarla, no para lavar, pues no sé hacerlo, pero si
para escuchar todas esas historias que guardan esas fuentes, ya
sabemos que el agua es una charlatana, ya os contaré...
María Teresa Cobos Urbano. Derechos Resevados. 01/05/2015.
6 comentarios:
Diana Cobos me gust la historia. No me hubiera imaginado que hay gente todavia que lava su ropa en el lavadero publico.
Yo tampoco podía imaginarlo, hasta que me lo dijo, cuando vaya con ella haré fotos, creo que están muy bien conservados.
Cristi Alba Fernandez Qué bonito escribes!!
Gracias Cristi Alba Fernandez, compi, un besillo.
Me alegro que haya alguien que quiera mantener sus tradiciones.
Además no gasta agua, ni luz, ahora eso sí, su fuerza.😊
Un abrazo preciosa!
Gracias por recuperar oficios perdidos y a mujeres tan fuertes y especiales.🥰
Amigo Tomás me gustan estas istorias de antanño en las que se cuentan las verdades como puño en las que se abla de la vida pura y dura .es verdad que están los lavaderos todavía un saludo
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