lunes, 11 de mayo de 2015

Crónicas de mi calle : La jardinera.

A mi vecina de al lado le gustan las plantas, al igual que las mascotas a otros, ella se siente acompañada por los especímenes del reino vegetal, más aún si tienen flores de vivos colores.
Cuando llegué a esta casa, me dio la bienvenida con una gran maceta de olorosa hierbabuena, gracias a eso planté mi pequeño arriate y fui cultivando hierbas aromáticas y en temporada una pequeña huerta.
Ella, como muchas vecinas, tienen familiares con tierras de labor y alguna que otra casa en las afueras para caminar los fines de semana, tener animales o pasar el verano en familia.
Mi patio está muy hondo y no se ve desde la calle, empecé a poner macetas en la ventana y los balcones, flores vistosas para adornar la fachada, a veces con la rutina del trabajo se me olvida regarlas. En una ocasión se chuchurrieron todas las plantas a la vez por lo que me llevé un gran disgusto y al día siguiente una sorpresa al ver las mismas flores revividas. Creí que era un milagro la resurrección de mis flores moradas y amarillas, en cierto modo lo era, pues mi vecina había comprado exactamente las mismas macetas de los mismos colores. La verdad es un milagro tener esta vecina tan buena jardinera y tan generosa...

2 comentarios:

José Valle Valdés dijo...

Sí qué tienes una vecina generosa, amiga. De mucho gusto.

Abrazos

María Teresa Cobos Urbano dijo...

MARIA GLADYS FUENTES GIL
ha comentado Ya quisiera yo una vecina com... en: Crónicas de mi calle : La jardinera. A mi vecina de al lad