viernes, 15 de julio de 2011

Mis laberintos.

¿Habeis pensado alguna vez cuanta energía se puede perder intentando salir de un laberinto? Ahora, con la poquita energía de que dispongo no puedo meterme en ninguno de ellos, no merece la pena. Los evito. Mis laberintos son aquellas preguntas que no tienen respuestas, aquellas situaciones de las que no puedes salir indemne, aquellas relaciones que exigen un control por falta de confianza, amistades perdidas, familiares desaparecidos de tu entorno próximo, y un largo etc...de que pensarán, que habré dicho o qué habré hecho.
En cambio me interesa mucho lo inmediato, los seres que me rodean, los que conforman mi entorno, los que aunque a miles de km se hacen presentes y aquellos que con su cariño se vuelven imprescinibles.
¡No quiero laberintos! ¡Nunca venceria al Minotauro!.

3 comentarios:

Mariamalia dijo...

Aquello que nos dijeron de que la energía ni crea ni se destruye, solo se transforma, no vale para nuestra energía interna.
Cuando entras en un laberinto, por muy cansada que te encuentres, buscas la salida.
Aunque no quieras, aunque no lo notes.
A veces pasan días y hasta crees que no has estado pensando en ello, pero llega un momento en que descubres la solución y... echas a correr.
En ese momento eres capaz de crear la energía suficiente para vencer al Minotauro.

Anónimo dijo...

Llevas razón ,yo tampoco quiero laberintos,ya he solucionado bastantes ahora a seguir pálante y....¡a ser feliz¡o intentarlo con todo el alma. Conchy

María Teresa Cobos Urbano dijo...

Mariamalia ahora trato de no entrar y dejar en manos de la providencia lo que no está en mi mano resolver por mucho que gire. El hoy es cierto, el mañana no,el amor veradero es cierto siempre.