Flores celosas.
Se
abrió un día más tarde la vecina de al lado y la de abajo.
Las rosas
asoman envidiosas, mirando de reojo, queriendo indicar que llegaron
antes, por tanto, se sienten más importantes, además poseen aroma, y
estas intrusas no.
Pero estas jóvenes amarillas son tan espectaculares,
que ninguno podemos quitar los ojos de ellas.
¡Lo sentimos rosas! Es
tiempo de amarillos.
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