Hubo
un tiempo de dragones y princesas, en la antigua Capadocia cuidaban a
un dragón hambriento a cambio de que les perdonara la vida a sus
habitantes, le daban a comer dos corderos diarios, cuando estos se
acabaron, decidieron darle a la princesa, aquí apareció Jordi y al
clavarle su espada la sangre del dragón se convirtió en rosas.
Es
en 1456 annus dei, cuando San Jordi es nombrado patrón de Cataluña,
desde entonces su capital se ha ido llenando de simbólicos dragones
por doquier, así como de rosas. Tantos, más de 400, se le conocía
a la ciudad como
Drakcelona.
Ayer, 17 de agosto del a.d. 2017
no sabemos la razón, pero todos los dragones dormían, incluso el de
origen chino que encabeza las Ramblas.
Hoy es tiempo de silencio,
solidaridad, amor.
¡Despertemos a los dragones de
Barcelona que protejan a sus moradores!
Aquí pongo el mio, llenemos la
red con ellos.
Barcelona, ciudad protegida por
los mágicos dragones.