martes, 17 de octubre de 2017

Una calle sin esquinas

Si hay una calle bonita en Málaga, en Andalucía y en el mundo entero, esta es la calle Larios.
En el centro neurálgico de la ciudad, actualmente peatonal, siempre animada por músicos callejeros, estátuas humanas, exposiciones temporales de esculturas, fotografías y sobretodo muy concurrida.
Allí se citan los jóvenes y los mayores, antes en la esquina del banco Zaragozano, hace ya mucho tiempo, tanto que se me había olvidado que ya no está allí ese banco ni hace esquina.
Esa es su peculiaridad, no tiene ni una sola esquina, de abajo arriba, sus balcones amplios y luminosos redondean los cruces de calles, el motivo la apertura al puerto donde antaño estaban las lonjas del pescado cuyo olor traía el viento terral, con el calor del verano se hacía insoportable sino circulaba adecuadamente, cosa que se consigue al ser redondas, también silba menos el aire en las noches ventosas de primavera y de otoño.
A finales del siglo XIX la apertura de calle Larios, celebrada el 27 de agosto de 1891, representó un cambio definitivo en la reordenación urbana de Málaga.
Manuel Domingo Larios y Larios (Málaga, 1836-París, 1895) II marqués de Larios hijo de Martín y protagonista de la estatua que preside la entrada de la calle, nombrado hijo predilecto de la ciudad no asistió a la inauguración, murió en Paris sin dejar descendientes directos, le sucedió en el marquesado su sobrino.
La primera foto del diario sur una celebración de carnaval en el inicio del siglo XX. La segunda foto la feria de día agosto del 2015.
Por allí pasearon personajes reales e imaginarios, pasado y presente, cada día es distinta, se disfraza de cine durante el festival, de navidad, de feria...
Pero siempre elegante, altiva, divertida, colorista y orgullosa porque no tiene ni una sola esquina.
                                                                                                                                                      

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