Luna
de nieve que inmensa,
cubre
con su luz tu cuerpo
sumérgeme
en aquel tiempo,
blanco
salitre que tensa,
evoca,
duele, condensa
con almibarado
aliento,
oye en
el rugir del viento,
entre
el vaivén de las olas,
aguardan
las caracolas
tan desmesurado
evento.
María Teresa Cobos Urbano. Décima espinela, la estrofa más malagueña. Dedicada a mi madre en el 54 aniversario de su ausencia.
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