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viernes, 5 de enero de 2018

Un nuevo año

 A mi cuñada Diana.

Es el último atardecer del 2017, una hermosa agonía multicolor se dibuja en el cielo.
Como siempre que el tiempo, la salud y la economía lo permiten, vuelvo al mismo lugar, al lugar donde nací, a buscar lo que queda de mi infancia, de mi familia, de mis lugareños.
Cada vez queda menos presencia y más ausencia, mas extraños se atragantan con las últimas uvas del año con las campanadas de la Iglesia, este año no escucho los cuartos, no recuerdo ya si este viejo reloj los hacía sonar para darnos un poco más de tiempo.
Todas las razas juntas y todos los idiomas sonando a un tiempo, gritos de alegría, nuevo atragantamiento. La orquesta calla un poco para dar cabida a el bullicio del ¡Feliz año nuevo! Los fuegos artificiales explotan en el cielo, las risas, los abrazos y otra vez la música. Bailamos lo que nos permite el poco espacio del que disponen nuestros pies, nos prometemos divertirnos más en el año nuevo, aprovechar cada momento, crear, reir, ser mejores, vernos más...
Luego, la basura se amontona a nuestros pies, vasos, botellas, todo tipo de confetis...
Ya no aguantamos hasta el amanecer, aunque la resaca sigue entornando nuestros ojos ante el brillante sol de la mañana. Cambiamos el número del año, avanzamos aritméticamente en el calendario, pero las noticias del uno de enero siguen siendo las mismas: violencia por doquier, agresiones y abusos hacia los débiles, cientos de batallas perdidas de antemano.
Un nuevo año, un invierno más ¿Hemos progresado algo?

domingo, 8 de junio de 2014

La parida de la bruja.

En mi cole, la semana cultural del libro giró por entero alrededor del mago de Oz, se vistieron sus pasillos de la Ciudad Esmeralda y sus personajes salieron de la biblioteca para finalmente instalarse en la puerta de entrada principal, una gran cancela de cristal con rejas de metal pintada de verde.
Los personajes "Buenos"están agrupados al mismo lado: Dorotea, el hombre de hojalata sin corazón, el león cobarde, el espantapájaros descerebrado...
Y al otro lado, sola, esta hermosa bruja del Oeste, verde de cara, de grandes rasgos, dientes enormes, nariz aguileña con alguna que otra verruga, ojos saltones sanguinolentos, traje negro con luminosas estrellas y falda larga que le cubren los pies.

Todos, peques y mayores, nos hemos acostumbrado a su presencia, la pobre está tan sola, medio escondida en frente de los otros tan amigos, que ya no la miramos con recelo, al contrario, le damos los buenos días como a una compañera más, cosa que ella agradece pues su verde sonrisa es cada vez más ancha. Desde el 23 de abril nos acompaña.

El lunes por la tarde, 2 de junio, nos enteramos con estupor de la abdicación del Rey, empezaron a circular los wassap con ironías y bromas sobre este suceso que nos sobrecogió a todos, en menos de dos años dimite nuestro Papa y abdica nuestro Rey, parece que hay que digerir la noticia poco a poco, calmar nuestra inquietud por los cambios que se avecinan con bromas y chistes.
Pues bien, dos días más tarde en la hora del recreo, un revuelo recorre todo el Colegio : ¡La bruja ha parido!
Tres hermosos gatitos negros anidaban bajo las faldas de la antes temida Bruja del Oeste y no hay rastro de ninguna mamá gata.
No hay ninguna duda ¡La Bruja ha parido!.
María Teresa Cobos Urbano.